domingo, 19 de mayo de 2013

La Leyenda del Carau.


El carau (Aramus guarauna) tiene las patas y el cuello largos.  El pico es un poco curvo.  Su coloración general es parda con manchitas blancas que le caen por el cuello hasta el dorso.  Se alimenta de caracoles y vermes.  Frecuenta ls orillas de esteros, lagunas y bañados.
   La leyenda del Carau es parecida a la del Crespín, y Carlos Villafuerte, en su libro Aves argentinas y sus leyendas, la relata de la siguiente manera:
   “Se cuenta que en un pueblecito del nordeste argentino, cerca del gran río, vivía un mozo trabajador en compañía de su madre, a quien cuidaba.  Tenía un solo defecto: no podía oír los acordes de un chamamé o de una polca, sin ser atraído por ellas.  Y se entregaba al canto y al baile con pasión.
   Cierta vez la madre enfermó y pidió a Carau que fuera por medicamentos al pueblo cercano.  Carau emprendió camino, pero en medio de la jornada se encontró con amigos que festejaban un cumpleaños y que bailaban polca tras polca.  Se paró un minuto para descansar.  Los amigos lo invitaron.  Pero él, sabiendo que el baile lo enajenaba, se negó una y otra vez.  Salió una amiga y le dijo: 
   -Carau ¿no me despreciarás este vasito de vino?
 -No, eso no.  Y menos a vos.
   -Entonces bebelo, y acompañame en esta polca.
   -Bebo todo el vino, pero no bailo.
   -¿Entonces me despreciás?
   -No, no te desprecio, sino que temo quedarme, y voy en busca de medicamentos para mi madre.
   -Te pido una sola polca.
   -Bueno.  Para que veas que no te desprecio, bailaremos una sola polca.  Pero una sola.
   Bailó esa polca, Carau, y luego bailó otra; después un chamamé.  Y ya no tuvo control.  Se sucedieron los vasos de vino y las polcas y los chamamés.  A medianoche vinieron a avisarle que la madre se había agravado.
   -Hay tiempo para llorar –dijo, y siguió bailando.
Más tarde vino otro mensajero y trajo la noticia de que la madre se estaba muriendo.
   -Hay tiempo para llorar –dijo Carau.  Y siguió bebiendo y bailando.
   Al amanecer, cuando el baile iba terminando, llegó el tercer mensajero con el aviso de que la madre había muerto.
   -Hay tiempo para llorar –volvió a decir Carau.
   Cuando el sol apareció en el monte y la fiesta había terminado, Carau emprendió el regreso al rancho.
   Se vio solo.  A la madre la habían enterrado unos vecinos piadosos.
   Despacito, arrastrando los pies, con la cabeza gacha, se internó en el estero.  De tiempo en tiempo se detenía como si meditara, y luego segía caminando, solo con su pena.
   Y poco a poco, ya en la lejanía, iba tomando la forma de un ave, con plumaje gris pizarra, patas largas y delgadas y con pico alargado.  Y así se perdió en la espesura agobiado por el pesar.”[1]

MEDIOS

Imagen: Carao o Carau.


El carao tiene un largo total de 66 centímetros, la envergadura alar es de 100 centímetros. El plumaje es bronceado con la cabeza y cuello grisáceo. Tiene las patas largas y el pico amarillento, largo y apenas curvo. Las alas son largas y anchas, vuela con las primarias separadas; la cola es corta.

Imagen: Chamamé en una bailanta.



El Chamamé es un género musical bailable del folclore de Argentina y Paraguay, correspondiente a la música litoraleña. En Argentina es escuchado en las provincias de CorrientesEntre Ríos, centro-este de FormosaSanta FeChaco y en toda la provincia de Misiones, región denominada Litoral argentino. A su vez, es escuchado en Paraguay, sur de Brasil, parte de Uruguay y sur de Chile.
Mapas: PROVINCIAS DEL LITORAL




















Mapas: Región que habita el Carau en Argentina. http://argentavis.org/2012/sitio/especie_dg.php?id=884


AudioLA LEYENDA DEL CARAÚ LOS REYES DEL CHAMAME
Chamamé y recitado por Los reyes del Chamamé. http://www.youtube.com/watch?v=rwHbFArpeqU

Video: LEYENDA DEL CARAO.  Formosa.


  
Imagen: Laguna Iberá, Corrientes, Argentina.


[1] Muniagurria, Saturnino.  Carau (Drama folclórico correntino, inspirado en la leyenda del epígrafe), Santa Fe, Colmegna, 1968, pp206/2011.


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