domingo, 18 de agosto de 2019

BORGES habla de LUGONES. Habla mal y creo que me habla a mí.

Estaba chusmeando acerca de Leopoldo Lugones.  Me topo con un análisis sobre los escritores que se vuelven críticos literarios, y Borges hablando de Lugones.  En principio hallo una crítica al "primer escritor argentino" en que lo
Leopoldo Lugones. Con cuello
demasiado duro
hace mierda muy graciosamente.  Está bien, pienso, un Borges de 1926 en una revista literaria en la que interpela a sus amigos, remarca  el modo de escribir caduco de Lugones visto desde los albores del siglo y sus vanguardias y vanguardismos, hoy ya también muy discutidos. Y dice así:

"Así lo presintieron los clásicos, si alguna  vez rimaron baúl y azul o calostro y rostro, fue en composiciones en broma, donde esas rimas irrisorias caen bien.  Lugones lo hace en serio.  A ver, amigos,¿qué les parece esta preciosura: "ilusión que las alas tiende/ en un frágil moño de tul/ y al corazón sensible prende/su insidioso alfiler azul".  Esta cuarteta es la última carta de la baraja y  es pésima, no solamente por los ripios que sobrelleva, sino por su miseria espiritual, por lo insignificativo de su alma.
Esta cuarteta indecidora, pavota y frívola es un resumen del Romancero. El pecado de este libro está en el no ser: en ser casi libro en blanco, modestamente espolvoreado de lirios, moños, sedas,rosas y fuentes y otras consecuencias vistosas de la jardinería y la sastrería  De los talleres  de  corte y confección, mejor dicho"

Este párrafo ya me causó una gracia zodiacal, ay, Borges, virginiano encantador, criticador, agudo observador, memorioso, detallista empedernido, que alterna las armas propias y las del otro para vencerlo con el desprecio que le merece lo imperfecto y pusilánime. Y lo impuntual, porque Lugones además atrasa y llega tarde.

Últimamente me he sentido triste porque los personajes de mi novela son escritores, escritores de muchas épocas, de muchos estilos y realidades. La única ligazón es su relación con el Delta del Paraná.  Y el pretexto de los escritores es contar simplemente como el Delta los tocó más o menos, y han vivido y han escrito interpelados por ese verde, marrón y azul que se experimenta al vivir al menos  dos días y una noche en el Delta.  Imaginar la intimidad de los pensamientos de escritores diversos es cansador y decepcionante porque al fin y al cabo el oficio de escribir al que escribe parece traicionero, así que me aporta frescura ver a otro escritor hablar de un tercero, ambos más relevantes que yo, por supuesto.
Y así, como siempre,  cuando uno navega por la propia mente en internet nunca se baña en el mismo río, me encuentro con la siguiente reflexión de Jorge Luis de 1975 hablando del otro, otra vez, mucho después, más tranquilo pero no menos crítico:

"La página de perfección, la pagina de la que ninguna palabra puede ser alterada sin daño, es la más precaria de todas.  Los cambios del lenguaje borran los sentidos laterales y los matices; la página perfecta es la que consta de esos delicados valores y la que con facilidad mayor se desgasta. Inversamente, la página que tiene vocación de inmortalidad puede atravesar el fuego de las erratas, de las versiones aproximativas, de las distraídas lecturas, de las incomprensiones, sin dejar el alma en la prueba. No se puede variar impunemente (...)ninguna línea de las fabricadas por Góngora; pero gana el Quijote póstumas batallas contra sus traductores y sobrevive a toda descuidada versión" 

A veces cuando leo a Borges me encuentro con él en una intimidad perturbadora, como si él me hablara a mí.  Como si hubiera escrito solamente para que yo lo oiga.  Contándome chistes que solamente nosotros dos entendemos.  Haciendo comentarios para que sólo yo entienda, como si hubiera hablado delante de una multitud solamente para que yo lo lea.  Es una boludez, lo sé.  Pero siento esa desnudez y esa provocación, porque no puedo contestarle.

Pensé que en este último párrafo citado, está implícito el papel del artista, pero del músico, compositor y el arreglador.  Cuantas versiones hay de My Way, por ejemplo... ninguna traiciona el alma de la composición y la letra. 
Y Borges me hace avergonzar por priorizar ciertos nosequés de corcheas sin primero pensar si es alma de una arte que se significa a sí mismo, o es artificio del texto musical. Detalle textil fabricado, en algún taller de corte y confección.

Me fascina pensar que la inmortalidad es el alma de lo que plasmamos en las redes, como texto.  Pues si sobrevive será porque resista las batallas póstumas contra sus traductores en likes tal vez injustificados.  Pero en estos tiempos que corren es difícil tener la lucidez de encontrar, fuera del detalle, la esencia, el alma.  Todo es plantilla repetición y prolijidad. Dónde quedó el trazo nervioso, la corchea pifiada, el swing y el ritenutto...



BORGES relajandose.. Ufa!!! Georgy, la gran siete!!!! no me jodás.

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