sábado, 13 de enero de 2018

TAUROMAGIA

Estaba pensando en la tauromaquia.
Arte creado melenios ha.


Estaba pensando en la tauromaquia.
El toro es un animalito gregario, que vive en manada tranquilo comiendo pasto, disfrutando de la brisa, del sol y de sus vacas... por qué atacar a un hombre si lo tiene todo y es feliz.
Un día, es arrastrado por las circunstancias, él no sabe cómo. Se encuentra ahí con sus 600 kg de bravura frente a miles de personas gritando y disfrutando al verlo enojado. Enfurecido y empecinado se concentra en atacar a un oponente inferior en fuerza pero astuto y ayudado por secuaces, que lo pican y lo provocan aumentando su bravura.
Lo ponen en ridículo. (¿De ahí vendrá la palabra "bullying?")
El toro pobre, animal al fin, hermoso y fuerte, no entiende que con toda su bravura,  podría arremeter contra los portones e irse tranquilamente,  o podría saltar sobre los espectadores, complicándolo todo, hiriendo a unos cuantos y replanteando profundamente las costubres ibéricas.
Sin embargo es animal y no entiende, se queda ahí, terco, persiguiendo al al flaquito de las lentejuelas en el centro de la arena, como queriendo hacer justicia matando al matador. ¿Cómo podría morir?
Nada parece más ridículo que morir en manos de un tipo de unos escasos 60 o 70 kg vestido de bailarín, de colores carnavelezcos, con su coleta y sus zapatillas de media punta y los movimientos sensuales y delicados de un junco brillante, con su mano en la cadera sus pantalones ajustados y su frenético rítmo al girar con la muleta. El toro fascinado y enojado insiste en lo mismo. Es que le parece que está tan cerca, parece tan fácil vencerlo.
Finalmente después de muchas vueltas, escupiendo sangre, agotado jadeante y despertando admiración en los espectadores, muere de una estocada inexplicable.
¿Cómo es posible que este flaquito, al que recién conoce, le atraviese el corazón bajo tantos kilos de carne y poder?
-Ahí está el arte-, dice la afición.

El hombrecito lo mata sin más, de una sola estocada. El toro no entiende, es un animal, camina todavía con el estoque clavado y se derrumba en algún lugar. Aplauden al matador aunque el toro hizo todo el esfuerzo para morir así.
 
Algunos cuantos toros fueron indultados para el interés del ganadero. Tras ver el pañuelo naranja, se le destinó para procrear otra generación de bestias empecinadas que con su terquedad diviertan a la concurrencia.

También es cierto que alguno que otro toro, alguna vez, logró someter al arlequín de luces que lo provocó, y lo mató de una horrible cornada, generalmente entre las piernas.
El toro se presta, es un animal y como tal no entiende aunque sí es capaz de sufrir y de gozar.
Tal vez sea capaz de intuir que morirá por la estocada y por eso vive hasta sus últimos momentos con la esperanza de ser como "Islero" el Miura legendario que agonizante revoleó por fin a Manolete el torero Franquista. Tal vez también sueña con ser el héroe-toro de los antitaurinos, de las nuevas generaciones y con su nombre cambiar la historia.
Tonto, tonto toro, costillar con patas.


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